En Navarra, a los pies de la sierra de Urbasa y Andía, nace nuestro manantial ancestral.
Nuestras salinas son únicas por su origen, un mar fosilizado hace 220 millones de años; por su localización a 700 metros de altitud en una zona prepirenaica, donde el entorno virgen garantiza su calidad; y por su proceso de obtención 100% artesanal, que se mantiene intacto generación tras generación. Cada año, extraemos la sal siguiendo una tradición que respeta la naturaleza y la riqueza de este manantial único.
El legado de una familia de maestros salineros.
Tras nuestra sal de manantial Ancestral se encuentra el legado de una familia de maestros salineros que ha preservado la tradición de producir sal pura de manera artesanal. Sin procesos químicos ni maquinaria industrial, son sus manos expertas y el conocimiento transmitido a lo largo de los años los que dan forma a un producto único. Así nace nuestra sal, un verdadero fenómeno de la naturaleza.